Puertas que se abren solas, o la ventaja de salir sin llaves
Tenemos el televisor conectado al router, también la videocámara y hasta la alarma… ¿Por qué no la cerradura? El principio no puede ser más sencillo: hacer que el móvil sea la propia llave de casa y permitir salir de la misma sin llavero. Uno puede pensar que puede resultar arriesgado en la eventualidad de que se pierda el móvil o nos lo roben, pero lo cierto es que las principales cerraduras se apoyan en la biometría de los teléfonos para franquear el acceso. Eso es, es necesario colocar la huella dactilar en el sensor o el rostro en los dispositivos que permitan el desbloqueo facial.
Las cerraduras conectadas —conocidas como smart locks— facilitan un uso inteligente de las mismas: se puede abrir una cerradura de forma remota (si, por ejemplo, un miembro de la familia se ha dejado las llaves), o bien lograr que la puerta se abra de forma automática, por proximidad, cuando volvamos a casa, por ejemplo, con bolsas de la compra. Al tratarse de un dispositivo conectado, estas cerraduras pueden conectarse a alta-voces inteligentes y abrir (o bloquear) una cerradura, de viva voz; igualmente, mediante un par de toques en un reloj inteligente. En lo relativo a la seguridad, estas cerraduras inteligentes cierran los bulones de la misma forma que lo haríamos con la llave; únicamente sustituye el giro por un motor y a este es al que se le aplica la “inteligencia”. Las más valoradas son Nuki Smart Lock, Lockin Yale, linus smart look